Asomaba a sus ojos una lágrima y a mis labios una frase de perdón...
Habló el orgullo y se enjugó su llanto y la frase en mis labios expiró.
Yo voy por un camino, ella por otro, pero al pensar en nuestro mutuo amor.
Yo digo aún: ¿Por que callé aquel día?
Y ella dirá: ¿Por qué no lloré yo?
Gustavo Adolfo Bécquer |